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Durante el proceso de creación e investigación de “Días Pasan Cosas “, Jose Mª Sánchez Rey, intérprete y escenógrafo del proyecto, propuso “EL sistema de los objetos” de Jean Baudrillard (1968) como texto de documentación para extraer ideas para la pieza.
Nos sorprendió la actualidad que el ensayo de Baudillard seguía teniendo hoy en día y encontramos un buen montón de apuntes y conceptos inspiradores para el trabajo. Sin ánimo de hacer un tratado denso ni sesudo (y en mi caso sin estar preparado ni siquiera para ello), nos sedujo y estimuló el enfoque que propone sobre nuestros objetos cotidianos.
A lo largo de su discurso, Baudrillard hace un repaso de la evolución de los objetos domésticos y con un lenguaje accesible y ameno consigue introducirte en la interpretación de los usos simbólicos y secretos, de los significados de nuestros enseres: “clasificar la inmensa vegetación de los objetos como una flora o fauna , con sus especies tropicales , polares, sus bruscas mutaciones , sus especies que están a punto de desaparecer”. Creo que podría resumirse como “llevar conciencia a nuestra vida ordinaria”.
Sus palabras fueron de gran valor a la hora de hacernos reflexionar a cerca de uno de los puntos de trabajo de nuestro proyecto sobre el que hasta el momento de dar con él andábamos bastante perdidos: Qué historias guardan los objetos y cuál es su potencial de conectarnos con nuestra existencia, por qué de cuando en cuando la aparición de un objeto o la contemplación de ese otro con el que convivimos cada día nos revelan aspectos de nosotros mismos con una fuerza y una claridad asombrosa.
Preguntas que nos inquietaban y nos atraían sin ser capaces de formularlas ni responderlas con precisión. Por ejemplo, ¿Por qué los enseres y muebles de las casas de nuestros abuelos son completamente distintos cuando los observamos en la actualidad, insertados en nuestras viviendas?
En el “Sistema de los objetos”, entre otras cosas, se disecciona el valor y el sentido que objetos como los espejos, los relojes o las fotos familiares cumplían en el pasado y cómo al evolucionar la sociedad y los intereses del hombre estos evolucionan y tienden a transformarse unos, a desparecer otros ( ya no queremos tener retratos visibles que nos recuerden quienes somos ni lo que hicimos, tendemos a guardar en otro tipo de soportes fotografías que nos muestren como queremos ser, fabulaciones de nuestra propia persona, cambia el sentido y la colocación del espejo que nos devuelve nuestra imagen, los relojes que con su tic tac dividen y cuantifican el tiempo y que “paradójicamente son símbolo de la permanencia y de la introyección del tiempo” se descuelgan de las paredes y se ocultan….) . Así Baudrillard repasa la configuración del mobiliario como imagen fiel de las estructuras familiares y sociales de una época, con conclusiones siempre sorprendentes de aspectos aparentemente banales.
Recuerdo por ejemplo sus reflexiones sobre los asientos y las lecturas tan interesantes que surgen a partir del cambio de la altura de los mismos:
“La función mínima de los innumerables asientos que llenan las revistas de muebles y decoración es , sin duda, la de permitir a la gente sentarse. Sentarse para descansar, sentarse a una mesa para comer. La silla ya no gravita en trono a la mesa. Hoy en día es el asiento que cobra su sentido propio y a él se subordinan las mesas bajas. Ahora bien, este sentido ya no es de postura corporal, sino de posición recíproca de los interlocutores. La disposición general de los asientos el cambio recíproco y sutil de posiciones, en el transcurso de una velada, por ejemplo, constituyen por sí solos un discurso. Los asientos modernos (desde el “puf” hasta el canapé, desde el taburete hasta el sillón individual) ponen el acento, dondequiera , en la sociabilidad y la interlocución: Lejos de acusar la posición sentada, en lo que puede tener de específico la confrontación, favorecen una suerte de posición universal del ser social moderno. Ya no hay camas para acostarse ni sillas para sentarse sino asientos funcionales que hacen de todas las posiciones (y por consiguiente de todas las relaciones humanas) una síntesis libre. Todo moralismo queda excluido: ya no se hace frente a nada. Imposible montar en cólera , imposible discutir, o tratar de convencer. Condicionan una sociabilidad fácil, sin exigencias, abierta, pero en el juego. Desde el fondo de estos asientos , ya no se tiene que sostener la mirada de otro, ni fijar la propia en él: están hechos de manera que las miradas tienen razón en no hacer más que pasearse por las demás personas , pues el ángulo y la profundidad del asiento reducen “naturalmente” las miradas a una media altura, a una altura difusa en la que se les unen las palabras. Estos asientos tal vez dan satisfacción a una preocupación fundamental: la de no estar nunca solo , pero tampoco cara a cara con alguien. Aflojamiento del cuerpo pero sobre todo poner a descansar la mirada, dimensión peligrosa. La sociedad moderna , al liberarnos grandemente de la promiscuidad de las funciones primarias , acusa la promiscuidad de las funciones secundarias, acusa la promiscuidad de las miradas y su dimensión trágica. Así también , tal y como las exigencias primarias quedan veladas, se hace todo lo necesario por quitarle a la sociabilidad lo que podía tener de abrupto, de contradictorio y , en el fondo de obsceno que es el juego directo de la agresividad y del deseo de la mirada.”
“El Sistema de los objetos”
Jan Baudrillard
No se si lo encontráis tan sugerente e inspirador como nos pareció a nosotros pero la realidad es que esta obra estuvo planeando durante toda la creación e incluso terminó por condicionar directamente algunos momentos de la obra, como ése en el que el propio Jose Mª Sánchez Rey muestra con una expresión neutra objetos de comedor antiguos como soperas, bajo platos o cucharillas de café de plata mientras en primer término se proyectan películas antiguas de super8 de su familia ( es uno de mis momentos favoritos y nunca deja de emocionarme la manera en la que esos adultos miran al objetivo del tomavistas con una inocencia y una novedad que ya es imposible de encontrar ni en niños pequeños y en segundo término aparecen esos objetos que a todos nos llevan a uno u otro rincón de nuestra memoria lejana).
Al hilo del tema del “despertar” del cuerpo sobre el que he hablado en las últimas entradas, recordé otra reflexión que hace el autor y que me parece tremendamente actual y muy a tener en cuenta para repensar el nuevo papel que la danza debería jugar en el ámbito social.
Siguiendo la evolución del gesto del esfuerzo Braudillard nos guía desde los tiempos en los que la relación del hombre con sus herramientas de trabajo estaban mediatizadas por la energía muscular y la energía humana era equivalente a la animal (y que permanece casi inmutable a lo largo de siglos) hasta el momento actual en la que después de la revolución de las fuentes de energía y la era tecnológica propicia un gestual funcional de control: el hombre se libera de sus herramientas y objetos de forma que la prensión e implicación de todo el cuerpo es sustituida por el contacto (sólo se necesita el contacto e implicación de manos o pies para accionar y realizar los trabajos, a veces sólo la mirada e incluso sólo la presencia como en el caso de la aparición de las células fotoeléctricas).
Incluso llega el momento en que la interacción del hombre sólo se mantiene como una forma de seguir haciéndonos sentir que “somos necesarios”, que “tenemos el control”: “Este gestual mínimo es en cierta manera necesario: sin él toda esta abstracción de poderío perdería su sentido. Es necesario que una participación, por lo menos formal le asegure al hombre su poderío. A este respecto, podemos afirmar que el gestual de control sigue siendo esencial, no para el buen funcionamiento técnico (una técnica más avanzada podría prescindir de él y sin duda lo hará), sino para el buen funcionamiento del sistema”.
Concreta en el ejemplo de la mano y cómo deja de ser el órgano de presión en el que culmina el esfuerzo para pasar a ser el signo abstracto del manejo , los nuevos objetos “abrazan” la mano, la envuelven : “el objeto tradicional no “abrazaba” de ninguna manera las formas del hombre. Se ajustaba al esfuerzo y al gesto ; por lo demás el cuerpo del hombre se imponía a los objetos para realizar un trabajo material. Hoy en día, el cuerpo del hombre no parece encontrarse allí más que como la razón abstracta de la forma acabada del objeto funcional. La funcionalidad, por consiguiente, ya no es imposición de un trabajo real, sino la adaptación de una forma a otra (de la manija a la mano) y , a través de ella, la elisión, la omisión de los procesos reales de trabajo”.
¡Y eso que Braudillard escribió todo esto mucho años antes de que las pantallas táctiles y demás dispositivos de última generación llegaran a todos nosotros a través del uso de los smartphones! ¡Me gustaría haberlo visto contemplar a niños pequeños tratando con un gesto de sus dedos de ampliar la foto de una revista impresa sin entender por qué no funcionaba “el mecanismo”!
Es evidente que, como señala, “se ha producido una verdadera revolución en el nivel cotidiano; los objetos se han vuelto hoy más complejos que los comportamientos del hombre relativo a esos objetos.” Y añade: “El hombre se vuelve menos coherente que sus objetos”.
Eso sí, su visión no es ni mucho menos nostálgica ni fatalista, no dejando de reconocer y alabar las ventajas de esta evolución: “No se trata de poetizar el esfuerzo ni el gestual tradicional: cuando se piensa que a lo largo de los siglos el hombre compensó con sus propias fuerzas las insuficiencias de sus herramientas, que después de los esclavos y los siervos los campesinos y los artesanos tuvieron todavía en sus manos objetos que les llegaban directamente de la edad de piedra , no se puede menos que aclamar la abstracción de las fuerzas de la energía y la obsolescencia de un gestual que, en el fondo, no era sino el de la servidumbre”.
Lo que sí me parece , una vez entendido y reflexionado este proceso y las consecuencias de esta evolución es el replanteamiento de nuestra relación con el cuerpo. El propio autor nos reconduce a ello: “ El cuerpo , olvidado por la praxis moderna , pero liberado de sus constreñimientos , encuentra en el deporte y en las actividades físicas de ocio una posibilidad real de expresión, al menos una posibilidad compensadora de gasto (en efecto, podemos preguntarnos si el desdoblamiento del gestual de esfuerzo instaura una libertad real del cuerpo , o si simplemente establece un sistema de dos términos , el segundo de los cuales [aquí el juego y el deporte] no es precisamente más que el término compensador del primero. Igual proceso en el desdoblamiento del tiempo en activo y del tiempo de ocio”.
El deporte, la danza y la actividad sexual adquieren un nuevo potencial no sólo como adiestradores del cuerpo que necesita de su empleo profundo e implicado para su desarrollo y para su equilibrio y buen estado ( ya sabemos que para descansar es preciso haberse cansado previamente y que la única manera de conocer y manejar nuestro cuerpo es a través de su puesta en marcha y práctica, no valen los manuales teóricos). Se convierten además en los nuevos rituales (o viejos rituales pero con nuevo sentido) que nos conectan y pacifican con nuestra naturaleza. La reflexión de Braudillard no hace sino subrayar la acuciante necesidad de suplir un contacto y empleo de nuestro físico del que cada vez más las nuevas tecnologías nos eximen. Para poder disfrutar de sus ventajas pero no pagar las facturas de desligarnos cada vez más de nuestro cuerpo requerimos llenar ese vacío, buscar opciones sustitutivas.. Creo que hoy en día ser espectador de danza adquiere el valor añadido de asistir a un ritual del esfuerzo y celebración del físico que cada vez va siendo más necesario y preciado en nuestra sociedad. Y practicarla debe ser una opción clara, consciente y valorada de mantener una relación saludable, inteligente y necesaria de “habitar” y conocer nuestro cuerpo.
Frente a modelos de deporte de consumo (la actividad del los gimnasios nos facilita la adquisición de un modelo de cuerpo admirado socialmente pero que no cumple con la optimización de nuestras potencialidades fisiológicas) e incluso para poder mantener una vida sexual activa y vigorizante hay que estar a punto. No me voy a meter a sexólogo ni mucho menos dar consejos sobre sexualidad, considero que cada uno tiene ya bastante con organizarse y mantener en buen estado la suya. Pero me permitiréis que con humor os recuerde el dicho popular que dice “cuando las lumbares no están sanas hay problemas en la sala y problemas en la cama”. Y también que os cuente que en una ocasión comprobé no sin cierto estupor que una sesudísima revista de osteopatía francesa incluía un artículo científico sobre los devastadores perjuicios de una felación realizada con tensión en las cervicales y en la mandíbula. Es decir , que para todo se hace necesario unos mínimos de conciencia corporal, de acondicionamiento físico y adiestramiento corporal.
Concluyo reiterando que en mi opinión falta aún por parte del sector de la danza de la toma de conciencia de este nuevo papel que debemos jugar en la sociedad como protagonistas . A medida que podemos prescindir del cuerpo y del esfuerzo para realizar nuestras trabajos y labores profesionales y cotidianas, tenemos que ser capaces de suplir este vacío y generar opciones de relación con ese mismo cuerpo que nos acompañará toda la vida y sin cuyo bienestar no gozaremos de ninguna de las nuevas ventajas que nos ofrece esta verdadera revolución tecnológica y energética.
No podemos mirar a otro lado cuando cada vez hay más casos de obesidad infantil y de niños y jóvenes con cuerpos disfuncionales y problemas físicos (y sus derivados a nivel mental) de todo tipo cuando contamos con las herramientas y los conocimientos para solucionarlos y al mismo tiempo que la sociedad se beneficiará, también el sector de la danza podría afianzarse y revalidar un futuro que en ocasiones parece tan incierto.
Pero eso no pasará sin una reflexión y un replanteamiento profundo de todo el sector profesional que abarque todas sus facetas y manifestaciones, desde el ámbito de la docencia hasta el de la creación.
Para los que os interese la lectura de “El sistema de los objetos” de Jan Braudillard y sacar vuestras propias conclusiones, completar y/o revalidar las mías, podéis encontrarlo y descargarlo AQUÍ
El próximo jueves día 1 de Noviembre 2012 a las 22:30 horas en el Teatro Victoria de Tenerife y dentro de la programación de FAM´12 (Festival de las Artes del Movimiento de Tenerife) podréis disfrutar de un programa doble de solos coreografiados e interpretados por Guillermo Weickert: «Sorrow» (2011) y «Descenso (capricho)»(2004) , ambos sobre el tema de la identidad con la interesante perspectiva que dan los siete años que separan ambas creaciones.
«La poesía no sólo no es comunicación, es antes que nada o mucho antes de que pueda llegar a ser comunicación, cosa para andar en lo oculto, para echar púas de erizo y quedarse en un agujero sin que nadie nos vea , para encontrar un vacío secreto, para adentrarnos en una habitación abandonada cuya puerta se puede cerrar desde dentro sin que nadie en el exterior sospeche que una puerta se disimula en el muro y para estarse allí en el claustro materno, seguros y escondidos sin que nadie aparezca , sin que nadie nos saque a la luz pública , desnudos e indefensos nos saque y nos suplicie y nos repita la sorda letanía cotidiana , la letanía aciaga de la muerte.» Jose Ángel Valente
Sinopsis.- A partir de la idea de Jose Ángel Valente de un “Diario anónimo” y ocho años después de realizar su autorretrato coreográfico en “Descenso (capricho) “ , Guillermo Weickert vuelve a tratar de retratarse a sí mismo. En esta ocasión afronta la imposibilidad de visualizarse a uno mismo si no es por oposición al otro y la idea de ese “non-aliud”, ese ser que no es otro con respecto a nadie, del que nada sabemos que pueda afirmarse y cuyo retrato sería imposible. La obra de Valente también sugiere la pista de Bernardo Soares y Pessoa que afirmaron: “Comprendí en un relámpago que no, soy nadie, absolutamente nadie.” y al mismo tiempo “Cada uno de nosotros es varios, es muchos , es una prolijidad de sí mismos”
Entre estas dos líneas de pensamiento aparentemente contradictorias, el coreógrafo propone una búsqueda de la esencialidad del movimiento y de reducción de los signos identificativos que funcione como multiplicador del potencial expresivo de ambos.
«Sorrow» es finalista a los próximos premios de la Asociación Andaluza de Profesionales de la Danza (PAD) que se entregarán el próximo 18 de Noviembre en las categorías de Mejor Intérprete y Mejor Diseño de Iluminación.
«No se me ocurría mejor manera, para realizar este autorretrato, que obligarme a recordar. Hacer recuento de los relatos que conforman mi vida con la esperanza de que, sumados, al menos esbozaran mi identidad (tan cambiante, tan difusa).
Así que he estado de paseo por ese paisaje incierto y pantanoso que es la memoria. Todo sigue ahí: las personas, los lugares, las emociones, los objetos… Todo se conserva bajo una capa de tiempo, atrapados por los recuerdos como en el fango. Pero sin vida. No existen ya más de verdad.
Ni rastro de mi identidad. Creo que no está allí, en ese lugar que es el pasado.
Creo que un día más, voy a tener que inventármela.»
Guillermo Weickert se adentra en las profundidades del ser componiendo un trabajo sobre la angustia y el miedo a la muerte. Modelando fuerzas contradictorias, entre la ansiedad y el humor, vemos una mano que acaricia asustada la pared de un pasillo como asiendo lo real frente a la sensación de ahogo que nos produce el miedo a la oscuridad. Y jugando en el límite, contrapone a la soledad de los paisajes limítrofes de las marismas del Pasaje Natural del Odiel la suavidad de la voz de Reyes García Miro de Portonovo.
“Descenso (Capricho)” surge de la invitación realizada por Laura Kumin a cuatro coreógrafos para realizar un autorretrato en movimiento. Estrenado en Julio del 2004, “Mapamundi: un recorrido por el paisaje interior del coreógrafo” recogía las cuatro coreografías con un único nexo común: el trabajo del realizador mejicano Octavio Iturbe, conocedor a fondo tanto de las posibilidades de la cámara como de los entresijos del lenguaje corporal y teatral. Aunque el autorretrato se puede entender como un proceso de trabajo solitario es siempre el fruto de una relación entre el individuo y su entorno. En este caso la cámara sirve de puente entre lo interior y lo exterior
Hay muchas maneras de hacer aflorar lo que llevamos dentro ; La perspectiva del audiovisual aporta una multiplicidad de planos, no solamente del trabajo propio del coreógrafo en el estudio sino también de exteriores, de texturas, colores, paisajes y referencias externas.
“Descenso (capricho)”, fruto de la colaboración entre Guillermo Weickert y Octavio Iturbe no ha dejado de representarse desde la fecha de su estreno hace ya más de siete años, visitando festivales como Tanech Praha (Praga), Danças com Libros o Box Nova en CCB (Portugal), Vitoria Territorio Visual, Huellas (Sevilla), etc.
Esperamos que todos los que podáis os acerquéis a disfrutar de este otro «baile de máscaras», un plan perfecto para la resaca de Halloween.
En estos días en los que ando entrenando y poniéndome a punto para lo que se me viene encima con los bolos de Noviembre, venían a mi cabeza algunos adjetivos que he oído a aquellos que me han ayudado en mi formación y aprendizaje para describir el tipo de fisicalidad, el tipo de cuerpo , que querrían conseguir con y para su trabajo.
Son adjetivos que se han quedado resonando y que uso con frecuencia en los cursos y talleres y en los procesos de creación también porque pienso que describen de una manera muy gráfica y precisa estados de atención y escucha , que implican una manera saludable e inteligente de acercarse y afrontar el trabajo escénico desde lo físico.
Aunque algunos de ellos no provienen específicamente del ámbito de la danza ni de la interpretación pueden ser aplicados a ellos fácilmente y resultan sugerentes e inspiradores para que cada uno encuentre una motivación e imaginario propio , para investigar y elaborar cuál es el entrenamiento personal más adecuado a cada uno y dónde encontrar las herramientas válidas para conseguir esos objetivos/adjetivos. Y al mismo tiempo considero que no hace falta dedicarse a la danza ni a la interpretación para esforzarse y sentirse atraído por (cada uno a su manera) estas descripciones de un cuerpo que todos nos merecemos y que por desgracia pocos parecen ambicionar.
Como H. Noguchi pensaba, qué distintas nos irían las cosas si la educación física que recibimos ya desde niños en la escuela no fuera una mera tabla de gimnasia o un repertorio más o menos afortunado de deportes, sino precisamente eso: la formación que nos enseñe a mantener una relación saludable y una comprensión profunda de qué es nuestro cuerpo y cómo funciona. Y esto es a mi entender uno de los beneficios que la danza podría y debería esforzarse por cultivar y transmitir (por desgracia no se da así en muchos casos) hasta que la generalidad de nuestra sociedad la identificara de manera indivisible con estos valores y conceptos. Queda aún mucho trabajo por hacer.
A tan sólo unas horas del estreno de “Code Unknown” y aprovechando las horas de tránsito en Barajas en mi camino de regreso, hago repaso de mi trabajo con Dialogue Dance en Rusia.
Sé que a veces da pereza hacer este ejercicio de extraer algunas conclusiones porque terminado un periodo intenso de producción lo que apetece es desconectar y dejar la cabeza descansar, pero desde hace un tiempo he aprendido lo importante que es emplear unos minutos para reflexionar y recapitular algunos conceptos positivos: de esta forma es como si la experiencia se fijara en el recuerdo y esta sencilla tarea ayuda a incorporar información valiosa para próximas ocasiones.
Así que allá va:
Ivan Estegneev y Evgeny Kulagin iniciaron en paralelo un proyecto de compañía y un programa de formación y clases de danza.
A lo largo de estos años de dedicación abnegada (en los que Evgueni además continuó con su trabajo como actor en una compañía estable de teatro que realiza 26 funciones anuales durante 11 meses al año y con numerosas obras en repertorio) han conseguido consolidar una compañía con numerosas creaciones ( dos de ellas galardonadas con la Máscara de Oro, el máximo galardón ruso de danza y teatro, a la mejor producción de danza) en las que además han ido incluyendo como elenco a algunos de los bailarines formados en su escuela, trabajar con coreógrafos internacionales invitados (Sudáfrica, Bélgica, Italia, ect), apadrinar los trabajos de coreógrafos emergentes del ámbito local, muchos de ellos surgidos de sus programas de formación, consolidar una programación estable de danza contemporánea que suele colgar el cartel de “no hay entradas”, así como un festival internacional de dúos (“Diversia Festival”) además de realizar programas de danza social (proyectos con sordos y discapacitados , por ejemplo), una numerosa afluencia en sus clases, cursos y actividades ( han abierto un segundo estudio en el centro histórico para dar cabida a la demanda de alumnos) y conectar con la necesidad de ocio cultural de las distintas edades de sus conciudadanos. Además de un flamante espacio escénico y de trabajo.
Todo esto costeado con los ingresos personales, los obtenidos de la escuela, reinvirtiendo la cuantía económica de los premios obtenidos y la venta de entradas. Sólo en los últimos años han comenzado a recibir subvenciones y ayudas para su proyecto, bastante después de haberlo consolidado.
Estos días tuve la oportunidad de conocer y hablar con una comisaria y programadora cultural que me decía que en su opinión no había duda en que la capital de la danza contemporánea en Rusia por importancia, impacto social y seguimiento, no era Moscú sino Kostroma.
No puedo dejar de sentir un gran respeto y admiración por los logros de estos dos talentos, además de una gran inyección de energía e inspiración en lo que han conseguido con su trabajo y fuerza de voluntad.
No tengo las respuestas, pero sí muchas preguntas sobre el cómo se consigue una respuesta semejante en un país con reducido apoyo institucional, e inevitablemente comparo con los logros de las políticas culturales en el nuestro. He preguntado bastante para saber si es algún tipo de herencia de la época soviética , pero no han sabido darme conclusiones definitivas: los usos y costumbres han cambiado mucho en los últimos años pero los jóvenes se siguen identificando y buscando en las manifestaciones culturales más diversas: las tradicionales y las contemporáneas.. Abierto a reflexiones os invito a que me ayudéis a discernir sobre este punto.
Debo reconocer que a nivel social he sufrido una especie de shock con los modos , usos y costumbres rusas. Nunca me he sentido más extranjero que en este país. No sólo por la pérdida de referencias que produce enfrentarse a un alfabeto diferente ( en Kostroma sólo se rotula en cirílico y no es fácil encontrar gente que hable en inglés): eso ocurre también en otros países . Es el código social de interrelación lo que me ha parecido realmente distinto y en ocasiones me ha hecho sentir como un completo extraterrestre e incluso por momentos absolutamente invisible.
Y sin embargo el trabajo físico ha creado por sí solo una zona de confort y seguridad desde la que abordar los aspectos más complejos del trabajo. Y no hablo exclusivamente de códigos dancísticos que en sí mismo ya suponen un lenguaje con el que comunicarte: no me refiero a pasos o movimientos que son copiados o codificados sino al entendimiento a través de la fluidez, la fuerza, la resistencia y la exploración conjunta de los límites y procesos físicos. Ha sido muy gratificante ver cómo a lo largo de estas semanas conseguíamos acometer, consensuar y definir matices y explorar terrenos ambiguos en progresión geométrica, llegar a sitios a dónde las palabras , aunque hubieran fluido , no nos habrían ayudado. E igualmente gratificante comprobar con la reacción del público cómo a pesar de la diversidad social y cultural la universalidad de este lenguaje y su potencial para transmitir no sólo emociones sino también conocimientos y conceptos, algunos incluso de manera muy concreta.
Una experiencia realmente enriquecedora y de crecimiento personal y profesional.
Mi más emocionada gratitud a Iván, Evgueny y todo su equipo maravilloso de trabajadores y colaboradores por haber confiado en mi y haberme llevado hasta allí y a Karine Pontier también por la confianza y por hacerlo posible.
Espero que “Code Unknown” tenga una larga vida y que pueda crecer con muchas funciones y visitar muchos escenarios y que mi relación con Dialogue Dance y la escena de danza rusa no haya hecho más que empezar.
Hoy 21 de Octubre, a las 19:00 horas se estrena «Code Unknown» (Código desconocido), la pieza que Guillermo Weickert ha dirigido para la compañía Dialogue Dance. El estreno de hoy tendrá lugar en Stansia, la sede de la compañía en Kostromá (Rusia). El próximo mes de Diciembre, los días 6 y 7, «Code Unknown» se estrenará oficialmente en Moscú, dentro de la programación de Plataforma.
«Code Unknown» es un duo construido a partir de los lenguajes del teatro físico y la danza que juega con elementos del thriller y del cine de terror para crear una atmósfera sugerente e inquietante en la que Ivan Estegneev y Evgeny Kulagin se someten al extraño ritual de asomarse a un misterioso espejo que permite ver aquello que cada uno tratamos de ocultar a nosotros mismos y a los demás. La extrañeza que en ocasiones nos produce no reconocernos en nuestro reflejo ni en el de los otros lleva a situaciones delirantes llenas de humor y también de emoción. Sobre ese viaje a veces doloroso pero necesario de resolver nuestras contradicciones más violentas y encontrar una forma de pacificarlas gira el eje de la acción de «Code Unknown«.
En el décimo aniversario de la compañía y con dos máscaras de oro al mejor espectáculo de danza («Mirliflor» en 2008 y «Punto di Fuga» en 2011 ) en su trayectoria, Dialogue Dance con su invitación ha hecho posible ésta, la primera ocasión en la que el trabajo de Guillermo Weickert se presenta en Rusia y que confiamos en que sea sólo el comienzo de una relación larga y fructífera.
Hay algo que me resulta un misterio de este proceso de trabajo: no consigo recordar cómo se han tomado las decisiones, cómo ha ido evolucionando la estructura , cómo se han ido destilando los temas que flotaban al principio y los condicionantes de los que partíamos. Es realmente como si sólo nos hubiéramos ocupado de generar alimento y producir las condiciones necesarias para que un pequeño bicho surgiera él sólo y fuera creciendo a su ritmo, tomando sus propios pasos y reordenando su universo.
Me da mucho placer cuando los procesos siguen ése, su propio curso. Es un ejercicio de flexibilidad y de resistencia a ejercer el control racional, a dejarse vencer por la prisa, por el miedo que da seguir con los pies colgando, en el vacío, un poco más, hasta que se forme la tierra sobre la que pisar.
A dos días del estreno releo algunas notas de los comienzos de los ensayos el 17 de septiembre intentando seguir la pista de la creación… hay saltos y peldaños que no consigo rehacer.
Al principio estaba el tema de la revolución: del cambio, la transformación fruto de una acumulación y que se da de una manera generalmente traumática o al menos convulsa. Cambio de estado.
Transformación de espacio, de vestuario, de movimiento…. más adelante aparece «necesidad de una nueva verdad, un nuevo cuerpo».
«Explorar cómo un movimiento conocido en su repetición genera algo nuevo , alguna inspiración.»
También en la primera semana hay una nota que dice «No reconozco mi cara ni mi cuerpo». Y otra «la transformación también se da por corte: si es muy progresiva es evolución, no revolución»
Así que en algún punto dejamos de mirar fuera y miramos adentro para contar esa revolución….. Después volvimos a mirar afuera pero para mirar adentro. Se consolidó la imagen del espejo. De mirarte en un espejo donde no te reconoces en tu reflejo: apareció Sylvia Plath. En su poema Olmo dice: «Me aterroriza esta cosa oscura/que duerme en mi;/Todo el día siento suave, retorciéndose como en plumas, su malignidad». Una imagen potente por sí misma. El tema del espejo es recurrente en ella. Tiene un poema con ese nombre :
Espejo
Soy plateado y exacto, no tengo ideas preconcebidas,
Cuanto ves, me lo trago de inmediato,
Tal como es, sin sombra de amor o aversión.
No soy cruel sino sincero:
El ojo de un pequeño dios, cuadrangular.
Me paso la mayor parte del tiempo meditando en la pared opuesta.
Es rosada, con motas. La observo desde hace tanto
Que creo que forma parte de mi corazón. Pero parpadea.
Rostros y oscuridad nos separan una y otra vez.
Ahora soy un lago. Una mujer se inclina sobre mí,
Buscando en mi extensión lo que es realmente.
Después se vuelve hacia esas mentirosas, las velas o la luna.
Veo su espalda, y la reflejo fielmente.
Ella me recompensa con lágrimas y un estremecimiento de manos.
Soy importante para ella. Viene y va.
Cada mañana es su rostro lo que reemplaza la oscuridad.
En mí ha ahogado a una muchacha, y en mí una anciana
Se eleva hacia ella día tras día, como un pez terrible.
Sylvia Plath
La revolución se concreta en un sentimiento interno que no puede ser contenido. Hay un tema de Moloko : «Cannot Contain This».
También anotaciones sobre el peligro de la falsa revolución. De desear un cambio brusco , una ruptura , sin estar preparado para ofrecer nada después, sin haber evolucionado para revolucionarte.
Aparece un aria maravillosa de Händel en la que Polifemo, villano de valores, matón sin escrúpulos, cíclope gigante, toma conciencia de su monstruosidad y siente lástima de sí mismo a través de los ojos de Galatea, que prefiere morir antes que entregarse a él. Y ese lamento lo hace con voz tan tierna que genera belleza…
Y jugamos con estos elementos a hacer «teatro del malo«. Nos preguntamos qué es teatro del malo. Jugamos con algunos de los clichés del teatro ruso y con las interpretaciones de las obras de Chéjov llevadas a la parodia. Y resulta que cuanto más malo tratamos de hacer el teatro más nos gusta. Salen cosas increíbles.
Hay un apunte de Joaquim Noguero citando a Macfarlane en uno de los libros resumen del MOV´s. Hace referencia más al carácter social y globalizador de la danza, pero a mi me enciende una luz y lo usamos:
«Inclusión: significa incluir todos los cánones posibles en nuestra concepción de la danza, que nadie quede fuera, que nadie sea excluido.
Adaptación: subraya la necesidad de adaptar el discurso y lo que hacemos a cada uno de esos distintos cánones cuando trabajamos con la gente, precisamente para que nadie se quede excluido no debemos pensar nunca que hay una sola forma de enseñar válida para todas las personas; para llegar a todos puede ser necesario habilitar muchas vías de acción alternativas.
Visibilidad: dar visibilidad a todos los tipos de danza no necesita explicación alguna y , de hecho , es lo que posibilita directamente también que el individuo pueda:
Expresarse: y que haciéndolo pueda:
Transformarse.»
Un día de pronto tenemos un material y un espacio escénico que nos permite jugar a la transformación y deformación, que puede destruirse y evolucionar con la obra.
Un día tenemos un título : me refiero a él continuamente para expresar algo de lo que necesito entre Iván y Evgueni, la sensación con la que quiero que se relacionen, que la usen para transformar los materiales de dúo: código desconocido. Como la película de Haneke. Ya está. Se queda. Nuestro homenaje y admiración.
Hay muchas más líneas y anotaciones. Hay bastantes horas de improvisación grabadas de los dos y en solitario…. Está «EL Grito» de Munch y sus interpretaciones todas posibles ( a mi me gusta más la que da el propio Munch, la de la explosión del volcán de la isla de Krakatoa…).
Por encima de todas, yo releo bastante una que recordé porque usamos bastante movimientos de brazos y piernas que recuerdan a la natación, a los intentos desesperados de seguir a flote cuando te estás ahogando, a tratar de agarrarte a algo tangible… es de la película “Bright Star” (también da grima, lo sé… sólo puedo reconocerlo). No he podido verificar si estas palabras salieron realmente de la boca del propio Keats o no, pero están ahí, resuenan y me gustan (En inglés suenan mejor, todo sea dicho): «El para qué te sumerges en un lago no es el nadar inmediatamente hasta la orilla sino el estar en el lago, deleitarse con la sensación del agua. Como un poema, es una experiencia más allá de los pensamientos que requiere comprensión a través de los sentidos para aceptar y abrazar el misterio». Bueno algo así…
Hoy se hizo el diseño de iluminación ( espectacular, si puedo decir mi opinión), mañana retoques y último ensayo y el domingo estreno. Pues eso, un maravilloso misterio.
Pasan rápidos los días de ensayo con Iván y Evgueni de dialogue Dance y ya nos encaminamos en la recta final, a menos de una semana del estreno «no oficial» de la pieza (el oficial tendrá lugar en Diciembre en Moscú.
Estos días, y debido a la manera elegida para trabajar, recordaba un viejo conflicto que solía tener conmigo mismo cuando a la hora de comenzar un proceso de creación no tenía del todo claro cuál era el tema de la pieza, aunque hubiera otros elementos que sí que estuvieran definidos. De la misma manera que aquí se hacía muy raro por no decir completamente improductivo llegar con un espectáculo en la cabeza sin conocernos personalmente, sin haber trabajado nunca juntos a veces las particularidades de un proyecto te llevan a comenzar los ensayos sin saber qué es aquello de lo que hablas.
Recuerdo que en el pasado esto me parecía algo deshonesto, porque se supone que hacemos danza o teatro porque tenemos muchas cosas importantes que decir, pero tenemos que tener un discurso claro, firme y potente previo a la decisión de querer contarlo en escena.
Para ser sincero, esto hace ya mucho tiempo que dejó de importarme. Después , con los años tuve el placer de realizar el taller de dramaturgia de Guy Cools en La Caldera, Barcelona. Me hizo mucha gracia además de disfrutar de la pacificación que produce escuchar una argumentación documentada de algo que tu intuición ya te ha confirmado como justo el oírle su clasificación de las nuevas dramaturgias entre dramaturgia conceptual y dramaturgia procesal (traducido literalmente del inglés: quizás sea más correcto traducirlas como dramaturgia del concepto y dramaturgia del proceso.
Efectivamente, la dramaturgia del concepto que alcanza su propia entidad con el teatro de Bertold Bretch y a la que casi todo el teatro contemporáneo se adscribe parte de un tema previo a la redacción del texto y/o proceso de ensayos y establece unas estrategias de desarrollo para hacerlo llegar. En el caso de Bretch el distanciamiento, y después tantos ejemplos casi como creadores de renombre. Es la dramaturgia que tradicionalmente asociamos a la contemporaneidad.
Sin embargo, señalaba Guy Cools un tipo diferente de dramaturgia que surge años después , finales de los setenta y durante los ochenta, que es tan legítima y valida como la conceptual: la dramaturgia del proceso (de creación). Es un tipo de dramaturgia que aparece vinculada a la danza contemporánea y el teatro físico, no sólo porque sus orígenes esté en la colaboración que coreógrafos de renombre comienzan a establecer con dramaturgos teatrales ( Pina Baush con Raimund Hoghe, Anne Teresa De Keersmaeker con Marianne Van Kerchoven, William Forthsyde con Heidi Gilpin, y con ellos Lloyd Newson, Alain Platel, etc). También se debe a la mayor flexibilidad del lenguaje coreográfico a la hora de maridar con otros lenguajes, no sólo el teatro, sino las artes plásticas, el vídeo, la instalación escénica o la performance… y con la danza como base se han conseguido crear nuevas dramaturgias corporales con las que se han elaborado nuevos formatos de espectáculos que han dinamitado la barrera de lo que tradicionalmente se conocía como danza y teatro.
Es cierto que ya Diaguilev ejerció de dramaturgo para los Ballets Rusos o John Cage para Merce Cunningham, pero aunque les reconozcamos su mérito pionero no dejaba de ser dramaturgia para danza. La característica de la dramaturgia del proceso es que el verdadero «tema» del espectáculo es en sí mismo el proceso, los intérpretes, sus cuerpos. Y sólo en la labor de desentrañamiento del proceso de la creación surge «el texto de la pieza», se desvela a la vez que se construye el » de qué» se habla.
«A este respecto Marianne Van Kerchoven, dramaturga del Kaai Theatre de Bruselas insinúa la aparición de «una dramaturgia que fija ,más bien, las estructuras parciales que las estructuras globales de una obra. Como si se quisiera aproximar cada vez más a esta pequeña entidad del `instante pleno´. El `gran edificio´, la estructura en su totalidad queda desconocido durante mucho tiempo, abierto, sin acabar, disponible para los cambios. Ensamblando mini-entidades, es decir los materiales de base más o menos estables, se experimenta, se contonea dulcemente la gran estructura. El momento de la improvisación se sitúa sobre todo en los numerosos ensayos de combinaciones cada vez diferentes, en la reorganización siempre cambiante de las primeras piedras, hasta que la forma alcanza su pureza y se estabiliza más o menos en una reorganización que es la estructura global de la obra».
Jose A. Sánchez
Legitimada ya la manera de crear y construir espectáculos con este tipo de dramaturgia, no deja de ser cierto que aún las administraciones, los políticos y muchos de los interlocutores con los que nos encontramos los creadores están aún a años luz de entender esta realidad en los procesos. Ellos siguen necesitando el título y la sinopsis incluso antes de que tú hayas escogido a tu equipo. A este respecto mejor seguir el consejo de Jonathan Burrows en su magnífico e imprescindible manual «A Choreographer´s Handbook«. Esta guía para coreógrafos es una joya y una delicia y aunque mucha de la información que recoge no deja de ser de pura lógica , como en el caso de la teoría de Guy Cools es necesario redactarla de forma transparente y documentada para poder entenderla, sistematizarla y no sólo apropiársela sino ser capaz de transmitirla. Y además la manera en la que está redactado y el sentido del humor constante convierten este libro en una verdadera joya. Y en él Burrow recomienda nunca tratar de aleccionar a la administración o al político o gestor de turno: muy al contrario, hay que aprender lo más rápida y eficazmente posible a hablar su idioma. Así que en forma de ejercicio te invita a que escojar el título y relates la sinopsis de un espectáculo del que no tienes ni la más remota idea de qué va a tratar (si ese es el caso). En cualquier caso sólo una anécdota al lado del listado de razones por las que pienso que este libro merece la pena.
Y así, a una semana de nuestro estreno, no deja de ser sorprendente e ilusionante ver cómo el propio proceso, las improvisaciones y los ensayos , arropados por un buen equipo, comienza a generar el espacio escénico, el vestuario, a elegir la música casi por telepatía…. Aspectos que se hablaron al comienzo, declaraciones de intenciones que se hicieron, materiales sutiles, vuelven a aparecer encontrando casi ellos solos su espacio dentro de la estructura. Un ejercicio de libertad y de valentía, especialmente dado el escaso tiempo que teníamos de creación. Y aún así nos hemos propuesto no cerrar nada hasta el último día, no tensar los músculos y seguir respirando, trabajando y alertas por si nuevas pistas y hallazgos aparecen. Estaremos trabajando, estaremos en proceso, hasta el último minuto de la noche del estreno.
Siempre me ha parecido que a diferencia de otros creadores no tengo ni un lenguaje determinado (ni coreográfico ni teatral) ni una determinada manera de hacer ni método alguno. Es algo que me puede llegar a atraer mucho de la obra de otros aunque yo siempre he disfrutado especialmente de adaptar el trabajo a las necesidades específicas de cada proyecto, en ser flexible a la hora de ceder y transigir con aspectos como el estilo o el lenguaje. Creo que eso me ha facilitado mucho la faena a la hora de trabajar en colaboración con otros artistas que es algo que me interesa y gusta especialmente.
Así que cuando me han preguntado cual sería el tema recurrente o el aspecto esencial en común a todas mis producciones he respondido que el trabajo del intérprete como piedra angular de la obra: creo que lo que más me emociona y motiva es que el dispositivo de una pieza funcione siempre sobre el eje de la interpretación, que sea el juego escénico y la manera de que nos proponen las personas en escena lo que genera el verdadero valor y soporte de la creación.
Evidentemente esto debe tener mucho que ver con que mi formación (la interpretación como actor y bailarín más que como director o coreógrafo), de hecho interpretar es algo que aún sigo haciendo con muchísimo placer.
A menudo me pregunto si esta empatía con el intérprete no resulta contraproducente cuando me toca trabajar del otro lado del escenario , como actualmente en Rusia, para la compañía Dialogue dance.
Y también a menudo me respondo con el manifiesto de Phelim McDermott, el director de la compañía británica Improbable Theatre. En él este interesante hombre de teatro resume algunos de los puntos esenciales e irrenunciables de su trabajo, y entre otros ,tan certeros y divertidos como siempre lo es él, resume estos sobre el intérprete en forma de oración:
“We will never ask a performer to do something we wouldn’t be prepared to do ourselves.
We love performers.
We believe they often know more than the director.
We love the audience.
We believe they often know more than either the performers or the director.
Anyone is free to leave at anytime.
It is better to leave than to be there and not really be present.
If someone leaves we will do it.
We will never do something just to be different.
We will be prepared to be obvious.
When things get scary we will stay awake.
When things get scary we will look after each other not ourselves.
We will have a good time.
The audience see everything.”
Phelim McDermott
Lo que más o menos podría traducirse por:
“Nunca le pediremos a un intérprete que haga nada que nosotros mismos no estaríamos preparados para hacer.
Amamos a los intérpretes.
Creemos que a menudo saben más que el director.
Amamos al público.
Creemos que a menudo sabe más que los intérpretes y que el director.
Cualquiera es libre de abandonar en cualquier momento.
Es mejor abandonar que estar ahí y no estar realmente presente.
Si alguien abandona, nosotros lo haremos.
Nunca haremos nada sólo para ser diferentes.
Estaremos preparados para ser obvios.
Cuando las cosas se pongan feas permaneceremos alerta.
Cuando las cosas se pongan feas tendremos cuidado los unos de los otros, no de nosotros mismos.
Lo pasaremos bien”
Phelim McDermott
De todos modos recomiendo encarecidamente la lectura de todo el texto que podéis encontrar AQUÍ. En 2005 tuve la oportunidad de conocer personalmente a McDermott en el contexto de los encuentros Col.lina (collaboration in Arts) y recuerdo la profunda impresión que me produjo la estupenda mezcla de sabiduría del teatro y sentido del humor de este director irlandés. Algunas metáforas que podéis encontrar en sus escritos, como la de la creatividad como un gato al que en ocasiones para atraerlo nos hace caminar en dirección contraria, me parecen brillantes . Y es sólo un ejemplo.
Hay mucho para reflexionar y pensar a partir de su manifiesto sobre el tema del trabajo del intérprete. Y dando por sentado y bueno el amor a ellos por encima de todas las cosas, aparecen una serie de cuestiones a tener en cuenta tanto desde el lado de la interpretación como del de la dirección.
Como director, ¿dónde establecer el límite de la presión que se puede ejercer a la hora de conducir a un intérprete en una dirección determinada? ¿ Cuándo es el momento de aflojar y asumir que insistir más en una dirección no va a conducir a nada productivo?
Como intérprete, ¿cómo delimitar el margen de confianza que doy a la dirección?¿Hasta dónde le permito “obligarme”?
Esta cuestión es delicada. Cuando soy intérprete, como le pasa a la mayoría, estoy deseoso de que la creación me ofrezca un proceso que me permita descubrir nuevos recursos y facetas, hacer algo distinto (aunque sea ligeramente distinto) de lo que acostumbro. Sin embargo, de manera consciente pero sobre todo no consciente sé que la resistencia que opondré a cualquier intento de llevarme por terrenos desconocidos y “resbaladizos” puede llegar a ser enorme ( a pesar incluso de mí mismo). Por eso yo personalmente agradezco y pido que sean decididos y persistentes en ese empeño. Y aun así al mismo tiempo cuando llega ese momento se que me voy a rebelar y que esa fricción ocasionalmente puede llegar a generar tensión en el ensayo. No es algo desproporcionado ni preocupante (en la mayoría de las ocasiones) pero sí hay que admitir que “la temperatura y la presión “ del trabajo puede llegar a subir. Trabajamos con el cuerpo, con el esfuerzo y a menudo con el cansancio y de manera inevitable vienen asociadas las emociones y los distintos humores…. ¿Cuál es la línea que divide lo adecuado de lo innecesario?
Como director soy consciente de lo frágil y expuesto que es el trabajo del intérprete, de la vital importancia que tiene crear una “zona de seguridad” para el trabajo, crear un acuerdo con los intérpretes para que la creación pueda fluir sin llegar a evidenciar ni plantearse todas estas cuestiones. A veces me gustaría no tener todos estos aspectos tan presentes, creo que un exceso de cuidado puede llegar también a ser contraproducente.
Como intérprete entiendo lo complejo que es orquestar y dirigir a un grupo de intérpretes ( o a dos o a uno), acompasar y equilibrar energías a veces muy diferentes y encauzar de una manera más o menos personalizada el trabajo para conducir a cada persona a un lugar específico . Aún así y contando con las mejores intenciones a veces me encuentro “saboteando” o al menos no colaborando con la dirección como me había propuesto.
Ese mundo de relaciones y de comunicación (en ocasiones de incomunicación) que se establece en los equipos de trabajo me resulta apasionante y es maravilloso ver cómo en ocasiones la comunicación fluye mejor en equipos que no hablan el mismo idioma porque se hace necesario primar la información esencial que se transmite con palabras y renunciar a toda la información accesoria. También saber cual es el límite de confianza que damos a las palabras puede llegar a resultar todo un tema.
En mi experiencia diría que se trata sobre todo de la conjunción de los caracteres y las energías del equipo y como habla McDermott de saber crear una buena sinergia, y eso en gran parte es labor de la dirección. Es alucinante comprobar cómo cada grupo requiere una reinvención y reformulación de tus presupuestos, un ejercicio de flexibilización y adaptación continua, porque si se trata de lograr el mejor y más efectivo grado de comunicación con cada persona, al final es casi como desarrollar un método por intérprete o al menos por proyecto. Un reto complejo pero que puede ser muy satisfactorio si todos los integrantes asumen sus distintas responsabilidades y se implican en él. Al menos es mi manera de entender y dar sentido a tal esfuerzo.
También hay algunos buenos consejos que como intérprete puedo escuchar y repetirme de tanto en tanto. La mayoría de ellos y escribo sólo algunos para no eternizarme, pertenecen a hombres y mujeres sabios de la danza y de el teatro con los que he tenido el gusto de cruzarme y trabajar a lo largo de estos años felices de profesión (es que hoy hace justo 20 años de mi primer día de clase en la Facultad de Imagen y Sonido y en el Instituto del Teatro de Sevilla: permitidme que esté un poco nostálgico y que no pueda evitar acordarme de unos compañeros de promoción absolutamente maravillosos y entrañables bastantes de los cuales siguen formando parte de mi grupo de amigos irrenunciables: va por vosotros!!)
“La mejor manera de no repetir siempre los mismos recursos, de tratar de no ser uno mismo, es precisamente tratar de ser uno mismo con más fuerza”.
“No hay nada para que un intérprete sienta lo limitada que es su libertad que pedirle que improvise con libertad” (ésta, maravillosa, es de Peter Brook)
“Sufre lo imprescindible” (muchos autores; a mi me vino por vía de Lola Botello y Marga Morales)
“No somos supermercados: es imposible que tengamos de todo, que sepamos hacer de todo. “ (Tomás Aragay)
“Si un actor comienza además de a actuar ,por necesidades prácticas a llevar la producción de la compañía, en muy poco tiempo tendremos un magnífico productor y un pésimo actor o un magnífico actor y un pésimo productor”. (Manu Aguilar.)
“Cuando un actor se enfada con el director, en el 90% de los casos no es porque se sienta explotado, sino porque precisamente se siente infrautilizado. Saber hacer entender y esforzarse por comprender la relevancia de todos los roles” (MacDermott)
“No empujes el río, que fluye solo” (Friedrel Grübe)
“Como intérprete tu labor es obedecer las normas tan al pie de la letra que te permitas encontrar una buena justificación para saltártelas” Gabriel Chamé.
“Más que bailarines con buena técnica me interesan los cuerpos inteligentes”. (Rui Horta)
“No esperes a que sea el momento perfecto para actuar. Como en la vida obedece tu impulso , acciona de una manera espontánea y desarrolla tu capacidad para gestionar, modular y transformar tu acción como la situación lo requiera”. (Vitor Joaquim)
“El filo de la navaja es el lugar más incómodo para permanecer pero es sin duda el más interesante porque participa de los dos lados del abismo y es sólo desde ese espacio indefinido e inestable desde donde podemos parar el tiempo” Sergio C.
Hasta finales de octubre Guillermo Weickert continuará el proceso de creación con la compañía rusa asentada en Kostromá, Dialogue Dance. Para esa fecha el trabajo estará terminado y listo para su estreno en Diciembre en Plataforma, ( Moscú). Daremos detalles del lugar y las fechas de estreno más adelante.
Al finalizar los ensayo en Rusia, comenzará en Sevilla otro proceso de creación. En esta ocasión Guillermo Weickert será el encargado de dirigir y co-coreografiar el nuevo espectáculo de la compañía Bikinni.ducc: un solo acompañado o concierto bailado. Laura Lizcano, la directora de la compañía, será la protagonista de «Fight or Fly» que contará con la música en directo de Paco Lamato (alma de Bikini.red) y Rafa Torres. Los ensayos, que se extenderán durante el otoño los meses de noviembre y diciembre , tendrán lugar en la flamante sede de la compañía y estudio de grabación del sello discográfico Happy Records: Happy Place. En este espacio que está desarrollando una actividad frenética, se están realizando muchos y apasionantes proyectos, como las grabaciones de las Happy Sessions que podéis ver aquí y aquí.
Esta será la segunda colaboración oficial entre Guillermo Weickert y Bikini.ducc, ya que hace unos años Laura Lizcano y Uxía P. Vaello también invitaron a Guillermo a dirigir el anterior espectáculo de la compañía: Assemblage, un espectáculo fronterizo y muy personal sobre la imagen que gozó de un proceso de creación privilegiado y resultó una gran experiencia para ambas partes.
Además el día 1 de Noviembre la compañía Guillermo Weickert estará en el Teatro Victoria de Tenerife con un programa doble de solos basados a partir de la idea del autorretrato con la distancia de siete años entre ellos: «Sorrow» (2011) y «Descenso (capricho)» (2004)
Los días 24 y 25 de Noviembre tendrá lugar el estreno en Sevilla de «MATERIALINFLAMABLE» en el Teatro Central de La Isla De La Cartuja.
Y para terminar el mes, los días 29 y 30 Guillermo Weickert volverá a ser un año más facilitador del proyecto choreoroam en su etapa española, que en esta ocasión es la última y reúne a jóvenes coreógrafos europeos en Madrid para reflexionar y abordar cuestiones relacionadas con el tema «contexto».